21 de mayo
Creo que reseñar efemérides es por definición un acto de oportunismo, o peor aún, de periodismo. Dicho esto, espero se disculpen unas pocas líneas sobre el Combate naval de Iquique, principal motivo por el que muchas calles del país se llaman 21 de mayo. Como se sabrá, en esta fecha se conmemora el heroico aunque predecible hundimiento de la corbeta Esmeralda merced de las cargas, descargas y embestidas del acorazado Huáscar. Tal como ocurre desde que dejaron de divertirme las recreaciones navales de lavaplatos, pienso en que lo conmemorado es un tremendo despropósito: el de un capitán que insta a su tripulación, vencida aún antes de zarpar, a combatir a muerte y que, siendo consecuente si se quiere, salta, sable en mano, al abordaje del buque enemigo junto a un par de locos, borrachos muy presumiblemente, solo para caer fulminado a los pocos trancos como un anónimo extra en una aventura protagonizada por Jack Sparrow. Se dirá que el heroísmo suele colindar con la insensatez sin serlo, a lo que tendré que replicar que el capitán Prat fue un reconocido espiritista y un convencido de la transmigración de las almas (una fugaz celebridad de reality show lleva su nombre con lo que no pretendo insinuar nada), lo que a mi juicio atenúa significativamente su presunto virtuosismo. Eso y que además se estaba quedando calvo. En fin, es feriado nacional, así que no tengo que ir al trabajo, lo que compensa en parte una jornada que se vislumbra enojosa: me siento en la obligación cívica de hablar de efemérides con Glenda -que comparte nacionalidad con el acorazado Huáscar-, ver por la tele la tradicional cuenta pública de la presidenta y deshacerme en atenciones para con mis padres que han viajado desde el sur aprovechando el rojo del calendario y unos días administrativos. Me hubiese gustado más escribir sobre el difícil arte de devolver civilizadamente un paraguas o sobre el gran héroe ferroviario Casey Jones que, burlado por una serie de acontecimientos desafortunados, decidió hundirse horizontalmente aferrado al freno de su tren, el Canonball Express. Pero es 21 de mayo y se trata de harinas de otros costales. !Qué se le va a hacer!
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