la voz de las espigas

Después de la luna y las golondrinas, las espigas de trigo deben ser de las imágenes más asoladas por las tropelías poéticas desde los evangelios y la poesía china, pasando por Neruda y García Lorca, hasta aquellos versos con vocación de definitivos de Nicanor Parra según los cuales la poesía debe ser "una muchacha rodeada de espigas /o no ser absolutamente nada" (Y ahora que lo pienso este extraño axioma torna, por exclusión, casi infinitos los dominios de la antipoesía venidera, pero como el que Parra es un listillo no es novedad, mejor salgo de una buena vez del paréntesis). Así las cosas tarde o temprano alguien tenía que pronunciarse ante a tan descarada sobrexplotación poética y ese alguien fue el dibujante Alberto Montt, quien dando voz a las inocentes espigas, creó de esta suerte de meta-metáfora sonriente cual calavera.