Friday

La desatinada empresa de hipnotizar al pato doméstico

Labels: ,

Thursday

El diario de Paul Gauguin

En  la primera línea de su Diario intimo, Paul Gauguin advierte: "Esto no es un libro". Luego va desgranado la misma formula cada tanto: "Esto no es un libro", "esto no es un libro". La repetición crea un ritmo, una cadencia a la que podíamos llamar polinésica.
"Podría vivir sin escribir esto, pero ¿porqué no escribirlo, ya que no tengo otro propósito que divertirme?", apunta con una desfachatez que cae simpática y da tono a todo el libro (si, ya sé: no es un libro).   
Una de las entradas es un divertido relato de lecturas:
"En París se vive de prisa. En el restaurante, mientras comía, no podía leer nada, sino el diario. Leía mis cartas en la oficina de correos, aunque las releí más tarde. En el tren leía invariablemente Los Tres Mosqueteros. En casa leía el diccionario. Por otra parte, nunca leía libros de los cuales ya conocía la crítica. En lo que a mi respecta los anuncios están desechados. Lo más que podría hacer, luego de haber leído los carteles, sería probar la mostaza Bonibus. Aquí les estoy mintiendo atrozmente, pues no me gusta la mostaza. Pero ¡hombre prevenido vale por dos! No traten de leer a Edgar Allan Poe salvo en un lugar muy tranquilizador. Por más valientes que sean, sin siquiera haberlo mostrado (como dice Verlaine) lo lamentarán. Y, especialmente, no traten de ir a dormir tras la vista de un Odilón Redon.
Permítanme que les cuente un cuento verídico.
Mi esposa y yo leíamos junto al fuego. Afuera hacía frío. Mi esposa leía El Gato Negro, de Edgar Allan Poe, y yo, Bonheur dans le Crime, de Barbey d’Aurevilly.
El fuego se estaba apagando y afuera hacía frío. Alguien tenía que ir a buscar carbón. Mi esposa bajó al sótano de la casita que habíamos alquilado al pintor Jobbé-Duval.
Sobre los escalones un gato negro dio un salto, asustado; lo mismo hizo mi esposa. Pero, después de vacilar un poco, siguió su camino. Había tomado dos paladas cuando una calavera salió rodando de entre el carbón. Dominada por el pánico, tiró todo en el sótano, y se abalanzó escaleras arriba; cayó luego desvanecida en la sala. Descendí a mi vez y al sacar el carbón destapé un esqueleto entero.
Era un viejo esqueleto articulado que había sido usado por el pintor Jobbé-Duval, quién lo había arrojado al sótano cuando se hubo roto.
Como ven, todo era extremadamente simple, y sin embargo la coincidencia era extraña. ¡Cuidado con Edgar Allan Poe!"
En otra entrada se postula una interesante teoría del arte a la que veo aplicación en muchos ámbitos: "Bosqueja un dibujo, luego bosqueja su bosquejo, y así sigue hasta el momento en que, como el avestruz, con la cabeza en la arena, decide que no se parece más al original. ¡Entonces firma!"
Por supuesto, no elude el tema de su amistad con Vincent Van Gogh ni el incidente de la oreja, por si se lo estaban preguntando. 
Para terminar diré que me gustaron mucho los aforismos que Gauguin va dejando caer con impecable irregularidad, sobre todo éste: "La verdadera gloria es ser conocido por los conductores de ómnibus."

Labels: , , , ,