Tuesday

Aventura a medias

Una librería de viejo, una seria, tiene que considerar entre sus existencias un conveniente amasijo de gatos viejos, polvo y chatarra literaria. Debe tratarse de atmósferas enrarecidas, lugares más bien sórdidos, provistos de un gran fondo de Pearl S. Bucks y Vicky Baums descuadernados y mohosos y, en lo posible, de fantasmas. Si se tiene entre cejas, digamos, el Ministerio del miedo de Graham Greene, lo más probable es que, tras escarbar como sabueso en estantes repletos de John Grisham y cajas en las que conviven Reader's Digests de los noventas, pacientes arañas y novelas de Simenon, termine uno dándose por vencido. En cambio, con suerte, desenterrará un magnífico Flaubert o una segunda edición de González Vera. Más de una vez, embriagado de entusiasmo, he creído estar llevándome a casa un modesto tesoro, solo para descubrir, muy tarde, que se trataba de un tomo suelto, aquel equivalente bibliográfico al calcetín desparejado. Hace unos meses pensé que había dado con la novela Oblomov de Iván Goncharov. Inmediatamente comuniqué a Glenda el hallazgo:
-En éste libro sucede poco o nada. Oblomov, el protagonista, se la pasa tumbado en el diván sin decidirse por empresa alguna. ¿No es una historia fascinante?
-Si -concordó.
Estaba de un humor radiante, claro, hasta que leí en la portada: "Tomo II y último".
-Es el segundo tomo -balbucí. Glenda procuró consolarme:
-No estés triste, no pasa nada: tu Oblomov debe seguir recostado en su diván.

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2 Comments:

Blogger C. B. said...

Bien, bien, muy bien. Pero que muy bien. Y además le envidio su estado de forma.

30 August 2015 at 13:02  
Blogger M. said...

Gracias, gracias. Gracias, pero sospecho que no tardaré en abrazar el oblomovismo.

31 August 2015 at 09:29  

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