Friday

Chilly Morning

La de hoy fue una hermosa mañana de invierno. Con poco más de una hora de sueño tras los parpados, atravesaba la niebla viajando hacia Maipú, como un soldado del ejército patriota, se me ocurrió pensar. Mi calidad de forastero debe haber sido evidente: desde las preguntas imprecisas con que hostigaba al micrero y a cuanto transeúnte me cruzaba, hasta mi aspecto más cercano a un evangélico en viaje de negocios espirituales que a un abogado respetable. Recordé que Alejandro Zambra se crió en Maipú. Seguramente él podría haberme guiado, haberme explicado, por ejemplo, qué micro tomar. Yo hubiese hecho lo mismo por él si lo hubiese encontrado perdido en alguna de mis ciudades natales. Aunque tal vez lo justo sería jugarle una mala pasada a Zambra, autor del estupendo relato The chilliest man in the world y de unas pocas cuartillas más. Me bajé de la micro más o menos en cualquier paradero y, con la mirada clavada en el oeste, me puse a recordar aquel poemita newyorkino que Paul Auster cita que a su vez cita Vila-Matas: "Esta brumosa mañana de invierno/ no desprecies la joya verde entre las ramas/ sólo porque es la luz del semáforo". Miren por dónde le fui a encontrar un costado newyorkino a Maipú. Zambra decía por ahí que, salvo contadas páginas de La invención de la soledad, Paul Auster no era más que un Borges pasado por agua. Por mi parte pienso que, a excepción del cuento del chileno friolento y uno o dos más, Zambra no pasa de ser una caja de leche paulausterizada con la fotografía de un niño perdido en la contraportada. Y ya que estamos en vena austeriana (siempre tan cercana al corretaje de propiedades), al pasar por calle Hawai, me puse a pensar en todas las calles en las que he vivido en orden biográfico. (1) Para empezar mi dirección de recién nacido no la sé ni la quiero saber: ya es mucho que se tratase de un pueblo llamado los Muermos, palabra que, además de a cierta clase de árboles, alude a un estado de aburrimiento y sopor o a las personas que lo provocan. La lista sigue así: (2) calle Lota en Puerto Montt; (3) camino a Queilen, sin número, Chonchi, sector Huicha, Chiloé; (4) una que no recuerdo junto a una laguna en Llanquihue; (5) avenida Manuel Montt, ciudad de Puerto Montt; (6) calle Contulmo, Puerto Montt; (7) avenida San Martín, Temuco; (8) calle Blanco Encalada, Temuco; (9) no recuerdo el nombre de la calle, pero en Temuco; (10) pasaje Las Panteras, en Temuco; (11) otra vez Blanco Encalada (la casa pareada a la anterior de la misma calle. Eso si, esta tenía la diferencia y la ventaja de tener el baño dentro); (12) Hettich, en la fluvial Valdivia; (13) calle Monte Carmelo, en Providencia; (14) avenida Holanda, Providencia; (15) Patagonia, en el Cerro de la Cruz de Punta Arenas; (16) avenida Pedro Montt, Valdivia, de vuelta con los padres; (17) calle Buin, en Puerto Montt; (18) otra vez avenida Holanda, en Provi; y (19) finalmente Vicuña Mackenna, dos cuadras al sur de Santa Isabel, también en Providencia. Todo apunta a que el último domicilio de la lista no será el definitivo y nada hace suponer que me otorguen un subsidio habitacional o un crédito hipotecario. Bien visto, una casa no es otra cosa que un lugar entre dos mudanzas.

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1 Comments:

Blogger C. B. said...

Excelente. Me ha gustado mucho.

22 July 2016 at 02:05  

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