Sunday

mi periodo azul

La fotografía y la telefonía en general, y el tomar fotografías y contar con teléfonos capaces de hacerlo en particular, son el tipo de asuntos que me merecen las más amplias miradas al techo y los más profundos encogimientos de hombros. Sin embargo hace unos días, en plan de visita a Vovò, vieja compañera del Club de la Musaraña Pigmea, fabricante de galletas difícilmente comestibles y madre de los adorables Guillermo del averno y Alana la villana, tomé una fotografía, otra de las pocas en mi vida, y que ciertamente está en la línea mi primer (y seguramente último) periodo artístico al que podría llamar: El periodo azul. He aquí mi obra íntegra:

La fregadora de trastos (2012)

Mis viejos zapatos (2010)

Some faraway beach (2006)

El día de La fregadora de trastos, por confusión, me llevé al partir tanto mi teléfono como el de Vovò, falta que luego intenté justificar esgrimiendo que resultaban altamente idénticos para una mirada inexperta. Tal parece que la pobre no pegó un ojo en toda la noche, pues, tan exagerada y musaraña como es, temía quedarse dormida por la mañana y que Gillermo, Alana y ella misma se retrasaran para el jardín infantil, escuela y universidad respectivamente, sufriendo el cúmulo de calamidades que suelen desencadenar los atrasos matutinos en día lunes, y es que para algunos un teléfono celular es, además y sobre todo, un reloj despertador.



2 Comments:

Blogger violeta said...

Me acuerdo del día de la fregadora de trastos... y me arrepiento de haberme comprado esa horrible polera para impresionate. Te extraño, como siempre.

10 November 2017 at 14:38  
Blogger violeta said...

Nada más odioso que un celular de despertador. No hay nada peor que la multifuncionalidad.

10 November 2017 at 14:42  

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