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besos


El asunto con los besos es que son algo muy raro, una mezcla bastante equilibrada de obscenidad y encanto, y como las cosas extrañas me causan tanta gracia, debo hacer grandes esfuerzos cuando me estoy besuqueando para no ceder a un inoportuno y poco caballeresco ataque de risa.

Además es muy extraño andar besando mejillas por mero protocolo, sobre todo cuando sus dueñas son poco atractivas como ocurre con alguna frecuencia. Afortunadamente se ha tomado conciencia de lo indecoroso de la costumbre, por lo que saludos y despedidas de este tipo generalmente no van mucho mas allá de un leve roce de caras... bueno, aveces también es una lástima.

Fuera de lo anterior, lo que más me llama la atención de los besos es que puedan ser escritos, plasmados en cartas y servilletas con ayuda del rouge, enviados verbalmente con un emisario y, por sobre todo, que puedan ser lanzados por los aires.

Como pasa con la gimnasia artística, el lanzamiento de besos es una disciplina practicada mayoritariamente por mujeres, cuya finalidad, a diferencia del lanzamiento de la bala o la jabalina, no estriba en alcanzar grandes velocidades ni distancias, si no en que el beso viaje por los aires debatiéndose caprichosamente como una mariposa antes de aterrizar en el rostro destinatario. Para ilustrar ésta curiosa especie de besos, nada mejor ver que la sanguinaria Sonya Blade en acción:





Por otra parte, la delirante costumbre de lanzar besos a objetos inanimados es principalmente cosa de hombres. Al igual que Pepe Le Puf, Voltaire sabía bastante de besos y dedica un erudito acápite de su Diccionario Filosófico al tema. En el recoge la antigua costumbre pagana (repudiada desde luego por el pueblo elegido) de lanzar besos a los astros. A su turno Roberto Bolaño en el conmovedor poema “Un resplandor inconcebible en la mejilla” menciona "ebrios tirándole besos a las nubes". Resulta entonces comprensible que Tom Waits, quien fuera un gran borracho y que sigue siendo bastante pagano, haya escrito una balada romántica que transpone imágenes de besos, balas, la luna y una novia cadáver:

I’ll shoot the moon
right out of the sky
for you baby...




2 Comments:

Blogger Andrés Fierro said...

Los besos, algunos en momentos son tan deseados como la concreción de la cópula, y otros tan insatisfactorios como la copula sin besos. Los besos solo son lo que son dado que el sexo es lo que es, por ello darlos en contextos distintos nos puede ser desagradable en extremo. Sin besos, el sexo no transcurre en deseo, el cuerpo no responde igual, se siente desnatural, y el olfato toma el control, momento en el cual los besos no soportan su evolución a cuestas e irrumpen con desesperada necesidad de ser .

23 July 2011 at 18:17  
Anonymous Anonymous said...

los besos y la cópula copulativamente parecen otra de esas características tan propias de la especie como el pulgar oponible no?, porque hay otros animalejos que se besan -como las tórtolas- pero no son capaces de tan compleja simultaneidad y como tampoco de caminar y mascar chicle a la vez.

24 July 2011 at 14:22  

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