Friday

pinball


No es tacañería, es fobia: esta gélida mañana de mayo, haciendo acopio de mis menguadas fuerzas –¡Oh gripe maligna!– me disponía por fin a realizar una serie de diligencias notariales pospuestas hace décadas cuando a pasos de la plaza, logré distinguir a lo lejos a una sonriente voluntaria de alguna institución sin fines de lucro recibiendo donaciones de mis buenos conciudadanos. No podría decir si la colecta era en beneficio del Hogar de la Madre del Recién Nacido, de la Fundación de Apoyo al las Viudas de Héroes de Guerra o la Corporación Nacional Contra La Manipulación Infantil de Juegos Pirotécnicos ya que emprendí inmediata y veloz retirada sobre mis pasos. Para mi mala suerte, y como era de suponer, en casi todas las esquinas de las calles céntricas se encontraban apostadas otras tantas diligentes voluntarias recibiendo monedas en su alcancía y colocando sórdidos stickers en la solapa a los transeúntes que colaboraban.


Tal vez la fobia que experimento ante los actos de caridad en general y las colectas nacionales en particular se deba a algún episodio traumático de mi infancia propiciado por las extravagancias de mis inexpertos padres –como pareciera sugerir el hecho de que no tengo ningún recuerdo al respecto– o por mi finísimo sentido del pudor, rasgo inequívoco de hidalguía y buena crianza.


El caso es que, luego de rebotar como una bolita de pinball por casi todas las esquinas de la ciudad en mi odisea burocrática en pos de un camino seguro a la notaría, tuve una epifanía: “si no tengo monedas estaré a salvo” y, sin más ,me metí a unos videojuegos y le di al pinball hasta quedar en banca rota en lo que a metálico se refiere. Nunca antes un Game Over fué tan bien recibido por mi parte, y como no soy un mero aficionado al juego, se hizo demasiado tarde para las diligencias notariales que pretendía cumplir, las que seguramente van a posponerse en forma indefinida hasta que las fundaciones, corporaciones, la gripe y quien sabe que otra calaña de entes perversos dejen de conspirar en mi contra.

1 Comments:

Blogger Virginia said...

jajaja...Típico que algo conspira en contra, justo cuando uno se ha dispuesto a realizar ciertas diligencias... Saludos.

3 June 2011 at 19:01  

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