Lo peor es que quizás aún perseveraría en mi tibia tolerancia si es que hace unos días no me hubiese topado en el blog de marras un anuncio del ministerio de cultura del gobierno del presidente Sebastián Piñera, al que soy tenaz opositor por un sinnúmero de razones entre las que la disminución de las horas de historia y geografía de los currículums escolares y los reiterados abusos policiales son solo un botón de muestra.
Así las cosas, pasé largas y frías horas de deliberación junto a la ventana, "posición de rigor para la política" según Stendhal, dándole vueltas al asunto. Cavilaba entre deportar al mencionado blog a la Patagonia chilena o a Siberia. El primero de los lugares me parecía demasiado clemente, eso fuera de sus connotaciones pinochetistas, y el segundo sin más, me hacía pensar en las descomunales atrocidades del compañero Stalin. Entonces recordé que en "Les amateurs célèbres", un estupendo especial de la revista Photo, había visto una fotografía de la Isla Sakhalin, lugar que sirvió a los zares como destino para personas non gratas.
Concluí que el sitio reunía las condiciones adecuadas para los fines perseguidos y he decidido que Cvristoria será deportado desde mi lista de blogs a una Isla Sakhalim digital dentro del plazo de tres días útiles contados desde cuando se me plazca, así que comuníquese, publíquese y ejecútese.
Casi lo olvidaba: la foto (1890) la tomó Chejov, el primer escritor ruso que va a Siberia y vuelve, como comentaron irónicamente los periódicos de la época.

Cvriosa relación amor-odio con un blog.
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