Desde luego ahora me avergüenzo de mi comportamiento desnaturalizado; he sentado cabeza y dejado la militancia en las artes plásticas de vanguardia. Cuanto mucho elijo de tarde en tarde algo de Mark Rothko o Francis Bacon, el menor, como foto de perfil de facebook. Sin embargo hay días en los que me gustaría ser un artista, sobre todo para no responder preguntas difíciles o para negarme terminantemente a hablar de temas como el aguacero que por fin se decidió a caer hoy sobre Santiago o el porqué traigo la nariz tan magullada como Edward Norton en El club de la pelea, aquel cuya primera regla es no hablar del Club de la pelea.
Hombre en suspenso logró divertirme bastante el poco tiempo que no me deprimió. El fragmento del que hablaba decía: "Cuándo el general italiano Bergonzoli (creo que era Bergonzoli) fue capturado en Libia, se negó a discutir asuntos militares o estrategia tocante a su derrota, y dijo:
-¡Por favor! ¡No soy un soldado! ¡Ante todo soy un poeta!"
En otro pasaje curioso, y que no tiene nada que ver con nada de lo anterior, un extraño personaje (el Espíritu de las Alternativas) asevera: "me deleitan las pequeñas incomodidades". Tomo la cita como prueba de que en materia de gustos está casi todo escrito.
si no fuera por los videos estaría todo perdido.Antes eras mucho mejor, que pena que hayas crecido.
ReplyDeleteMi antes se siente halagado por tu comentario. Gracias!
ReplyDeleteMejor que ser artista, jugar a serlo de vez en cuando. Eso se puede hacer, y no causa ninguna perturbación al espíritu ni a nuestras santas madres.
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