Wednesday

Goya, Poe y Kafka

Goya tiene pinturas misteriosas, terribles, desquiciadas, extrañas, algunas parecen ilustraciones para cuentos de Poe, otras son más Kafka…
Don Manuel Osorio Manrique de Zúñiga es muy Poe.


El Perro, mi favorita, es completamente Kafka.


Prefiero Kafka a Poe. Pero me gustaría que Kafka se llamara Poe. Suena bien, tres letras que se pronuncian como dos y media. Kafka y Goya no tubieron suerte con sus apellidos: les falta música. Estoy perfectamente conciente de que no tiene ninguna relación con mi payasada de análisis critico-asociaciativo de las pinturas de Goya, pero quisiera decir algo sobre como me enteré de la existencia de un tal Edgar Allan Poe allá por los años noventa: fue por un capitulo de Snoopy en el que Lucy cantaba con desazón algo sobre que la profesora le haría una pregunta sobre Poe que ella no sabría contestar (se puede ver una divertida representación de la ésta divertida canción en http://www.youtube.com/watch?v=PceaZFNygKg). Con Kafka no se podría hacer un musical infantil de ninguna forma.


lampara de botella


En vez de dedicar la tarde del día sábado al excelente hábito de deambular por las piezas de la casa, hacer muecas al espejo, fumar unos cigarrillos o dormir echado en el futon luego de leer más o menos media página de En busca del tiempo perdido, decidí ver con Tink una película de Martín Rejtman en la que actuaban la buena de la Rosario Blefari y Vicentico. La película era una completa "boludez" de comedia de nada en la que se repasaba toda la escala cromática de la monotonía. Me gustó. Sin lugar a dudas el momento más alto del filme llegó con eso de "lámpara de botella". El caso es que el personaje de Vicentico era el de un escritor perdedor recién llegado de L.A. California con los bolsillos vacíos, al que de niño le decían en el barrio lámpara de botella, asunto que logró traumatizarlo. Ser lámpara de botella quiere decir algo así como ser superfluo, vago, estar desentonando, acumulando polvo como un vulgar adorno al que no vale la pena pasarle el plumero, ni siquiera botarlo a la basura.



Buscando información sobre el particular llegué al blog de Liniers quien también vio la película y a quien también le llamó la atención el calificativo de lámpara de botella. Yo siempre he pretendido que no me gusta para nada Liniers y que sus tiras vendrían siendo como mermelada de frutilla light comparadas con la obra de tipos como el gran Fontanarrosa -eso sin salir, ni falta que hace, de la Argentina-. Me doy cuenta de que en realidad me gusta mucho Liniers, claro, en la medida en que no se pase de raya con el endulzante en sus viñetas. Descubro de que me encantaría dibujarme a mi mismo contando todo esto con una larga cola de gato a rayas plomas. No dibujo tan mal, tal vez lo intente otro día. Hago las paces con Liniers y como gesto de desagravio por lo de la comparación con la mermelada de frutilla light incluiré en la lista de blogs a un tipo que debe ser amigo suyo: Kioskerman.

-¿Qué haces lámpara de botella? Apuesto a que nada- pregunta la molestosa de Tink.
-Escribo- responde Shenu sin mucha convicción.

Saturday

la nueva canción chilena


Me gusta como suena lo de "la nueva canción chilena", pero me produce una cierta incomodidad esa estética tipo realismo socialista asociada a varias manifestaciones del género (aunque arriba en la cordillera de Pato Mans o Luchín de Victor Jara son fantásticas, pese a parecer como sacadas de un libro de Maxim Gorki, autor que a su vez no anda nada de mal sobre todo en sus cuentos de rebeldes y vagabundos, publicado en un austero volumen por la editorial Quimantú en 1972, un año antes de ser clusurada por Pinochet y sus siniestos secuaces).

Mis favoritas de la nueva canción chilena son dos y no tienen nada de realismo socialista, diría incluso que son un poco contrarevolucionarias. La primera es de V. Parra y dice así:

arriba de aquel árbol
se subió mi pensamiento
y después que estaba arriba
no halló por donde bajarse

Después no me acuerdo que más sigue. La otra extraña y hermosa canción es de Hector Pavez. Dice:


a la mar fui por naranjas
cosa que la mar no tiene
metí la mano en el agua
las esperanzas mantienen

deja correr la naranja
que ella buscará su centro
no la partas con cuchillo
que mi corazón va adentro

las flores de los naranjos
se reparten con el viento
así me tiene tu amor
repartido el pensamiento


Me gustaría aprenderlas en guitarra y andarlas cantando por ahí , por las micros, por las ramas de los árboles, pero lo cierto es que toco muy mal la guitarra -a la que por lo demás le quedan solo dos cuerdas- y canto peor aun . Lastima.


Monday

calzones voladores

-¿Sabes lo que me dijo la tía Aldunata?- Grita Tink ni bien termina de aparecer por la puerta.
-¿Qué pasa? Ni que hubiese un terremoto- responde también a gritos Shenu más adentrado en las profundidades del inmueble.
-Es que fui a lavar ropa allá donde la tía. Me puse a sacar de la mochila varias camisetas, otras tantas camisas, unos pantalones y unos pares de calcetines, entonces ella, que estaba todo el tiempo haciendo guardia a la lavadora, va y me pregunta si acaso no llevaba ningún cepelín- explica Tink poniendo voz de relatar.
-¿Zepelin con zeta?- interroga Shenu interesado.
-No sé- confiesa Tink –pero a mi me gustaría escribirlo con ce redonda.
-¿Zepelin como los dirigibles en forma de balón de rugby? ¿Cómo esa espantosa banda de rock de los setenta?- pregunta Shenu inquisitivo.
-Si igual, pero significa ¿Sabes qué?
-No, pero a mi me parece normal en todo caso que la gente que frisa los trecientos años hable cosas sin sentido-responde Shenu con más ironía que exageración.
-¡Ese no es el punto Shenu!- dice Tink agitando un poco lo brazos.
-Mmm, ¿Y cual sería entonces?
-Es que cepelín es una palabra tan bonita para referirse a un calzón- responde Tink juntando las manos.
-¿Y que pasa con churrín? A mi me parece bastante buena- dice Shenu.
-Admito que es la que más me gustó antes de escuchar cepelín- dice Tink muy sonriente.



No hace mucho tiempo atrás Tink solía acariciar la idea de coleccionar las palabras que más le gustaran. Pensaba durante aquellas horas en que se dedicaba a esperar que se hiciese más de noche o más de día, o que pasara el quinto automóvil rojo por la calle, en colocar en una caja de zapatos o en algún recipiente análogo pequeñas cartulinas con las palabras que más le fuesen gustando y amarrarlas con hilo o pegarlas con scotch al objeto que representasen o, si por motivos de espacio, de seguridad o de disponibilidad esto no fuera aconsejable, hacerlo a una representación del objeto que éstas palabras representasen. Dentro del la caja pondría palabras como escolopendra, alcanfor, samovar, polichinela, Tréveris, musaraña y otras que no tardó en olvidar precisamente por no haberlas coleccionado de la forma adecuada.

-Cepelín, dos puntos-dice Shenu- dícese de la nave voladora fabricada con ropa íntima de señoras y señoritas teutonas, cocidas unas a otras formando un globo similar a un balón de rugby de grandes demiensiones, en la que eventualmente puede navegar por los cielos un mariscal de campo de largos bigotes y casco prusiano, que podría llevar un nombre como por ejemplo el de Otto Von Bismark.
-Cepelín con ce de churrín- dice Tink y suelta su buuaaajajaja mientras Shenu fuerza su seriedad sin lograr que sus ojos hagan lo mismo.

Saturday

du du wah

Iba a escribir sobre los siniestros monos de nieve de Calvin, del bueno de Jean-Paul Sartre rechazando el premio nobel, de la cabeza empapada en bourbon de Jackson Pollock estrellandose contra el parabrisas de un Ford que su vez se estrella contra un árbol, de la integridad artística, algo "deseable" -como el amor- pero no "indispensable" -como el dinero-, iba a escribir de esos importantísimos temas profusamente tratados con justa razón en sendas monografías, pero la tristeza-Beth Gibbons me ha abatido una vez mas, esta vez con su versión de Candy Says, que me parece el mejor cover de la historia de la humanidad. Nada,doo doo waaaah hasta el infinito. Hasta que...mmm...no se...Melón y col.






como un pensamiento que pasa


¿De que material se construyen los castillos en el aire? R. No se si castillos necesariamente (puede tratarse tambien de barcos o de árboles robots por ejemplo), pero uno de los materiales más indicados para la aero-edificacón es el humo de cigarrillo. También resulta útil en ésta disciplina seguir el vuelo de una mosca, descubrir lagos de sombra o charcos de luz por las paredes o comprar un globo inflado con helio -tal vez, en forma de corazón- y amarrarlo a la pata de la cama.
No me gusta el cine, pero es bueno Jim Jarmuch, salvo por su primera película que es una buena porquería, pero porquería al fin y al cabo. De cualquier forma el título es de lo mejor: "Permanent Vacation". Tink se quedó dormida antes de la mitad y yo la terminé de ver por puro estoicismo. Lou Reed tambien es bueno. La canción que más me gusta de él debe ser "The Kids", aunque no estoy completamente seguro. No se donde escuché o leí que para lograr esos desgarradores llantos de niños al final de la canción el productor del disco hizo creer a sus hijos que mami había muerto. Aprecio la crueldad al servicio del arte. A continuacón Jim y Lou hablando de sus cosas. Ol flu.

Tuesday

fumar

-Dime Shenu
-¿Qué pasa Tink?
-Pensaba…
-Para variar…
-¿Porqué has comenzado a escribir un blog si siempre estas diciendo que odias el Internet?- Suelta Tink con ánimos de terciar una divertida conversación o, mejor aun, discusión.
-Emm…Porque se me estaban quitando las ganas de fumar- responde vagamente Shenu.
-¿Cómo? Explícate bien- replica Tink.
-…Es que he descubierto que cuando escribo me dan “verdaderas” ganas de fumar.
-Ya veo…-dice Tink pensativa- Pero, ¿Entonces no podrías escribir poesías o cuentos o intentarlo con una novela corta o un ensayo o qué se yo, algo que no tenga que ver con tu odiado Internet, algo mas serio?
-¿Y terminar despachándome dos cajetillas diarias? ¿Es que me quieres ver muerto de cáncer?- Responde Shenu relativamente escandalizado.
-Ya veo- dice Tink resignada, mira a un punto en el techo y murmura entre dientes: ridículo.
-¿Qué?
-Nada.

Monday

tema

-¿Sobre qué escribes?- pregunta Tink.
-...- Shenu parece demasiado ocupado para molestarse en contestar.
-¡Ya po! ¿Sobre que estás escribiendo?- insiste Tink impaciente.
-Sobre una hoja de papel- responde Shenu con el ceño fruncido.
-Ridículo, estas escribiendo en el computador.
-...– mueca de desagrado.
-Léeme no seas egoísta- dice Tink persuasiva.
-Mmm... Pero... Bueno está bien, pero...- accede al fin Shenu de mala gana:

“Había una vez una hoja de papel…”, perdón, “Había una vez una hoja de Microsoft Word que estaba en blanco. Luego no estuvo más en blanco, entonces dejó de llamarse "Documento 1" y la rebautizaron con el nombre de: "Había una vez una hoja de Microsoft Word, etcétera". Y colorín colorado.

Tink, a pesar de las en principio discretas, después precipitadas y evidentes maniobras desplegadas por Shenu a fin de sustraer la pantalla del notebook de su (her) mirada, logra echar un vistazo por sobre su (his) espalda, pudiendo corroborar sus (her) sospechas de que, para variar, le toman el pelo: la página está completamente en blanco.

fragilidad


Pompa de jabón, Jean-Simeón Chardin